jueves, 19 de abril de 2012

La Junta De Desarrollo Gualey : Cambiando Vidas

Este es un articulo publicado por el periodico Listin Diario el 17 de Febrero del 2012:



Santo Domingo
Hace 14 años un grupo de seis personas decidieron hacer algo importante: ayudar a los envejecientes. Aunque los recursos eran precarios y se reunían en un patio, la sed de ayudar y de cambiar la vida de los demás los impulsó a continuar con su labor. Hoy día, la Junta de Desarrollo Gualey sigue trabajando indeteniblemente, ya no sólo a favor a los envejecientes, sino también de los niños y jóvenes.  

“Somos una organización social y comunitaria sin fines de lucro que nace en la comunidad de Gualey, el 6 de mayo del 1997, como una alternativa para dar soluciones a corto, mediano y largo plazo a las necesidades más sentidas de nuestras comunidades. Nuestro lema es: “Trabajar para crecer”, dice Arelis Morán de Curiel, directora de la fundación.
Según Morán los objetivos de la Junta de Desarrollo son: mejorar la calidad de vida en el aspecto social y comunitaria de Gualey y sectores aledaños; desarrollar programas de capacitación técnica; implementar programas y proyectos a favor de jóvenes y envejecientes de la comunidad; y crear proyectos de protección forestal y de medio ambiente.
Los tres elementos fundamentales de esta organización son: el compromiso de trabajo, la colaboración y comunicación. “Esto es lo que practicamos cada día en nuestro trabajo para tener éxito”, indica la directora.
Labores
Los programas que desarrolla la Junta Gualey van dirigidos a las comunidades de la zona norte del Distrito Nacional, y están divididos por área.
En salud, trabajan con un club de diabéticos (suministran insulinas y los orientan sobre cómo llevar una vida con diabetes sin complicaciones); realizan operativos médicos; charlas sobre cáncer, VIH, tuberculosis, ginecología y violencia intrafamiliar.
Con respecto a la alimentación, ofrecen comida de lunes a viernes para 40 niños indigentes y 60 envejecientes, además entregan leche en polvo que les suministra el Ministerio de Salud Pública para más de 600 personas.
La educación es otro aspecto importante para esta fundación, Morán manifiesta que imparten clases de nivel inicial y básica. “Solicitamos a los padres una pequeña contribución para pagarle a los maestros”, sostiene.
Pero el trabajo de la Junta de Desarrollo para educar a la comunidad no se límita sólo a clases de inicial y básica, pues también se preocupan por ofrecer clases de inglés, informática, manualidades y alfabetización. “No tenemos edad establecida para las clases curriculareas, sólo hay que tener ganas de superación”, dice Morán. En la parte artística, ofrecen clases de ballet folklórico, canto, teatro y pintura.
“Nada es más gratificante que escuchar a los niños cuando me dicen con una sonrisa en el rostro, ‘Tía Arelis’, y los envejecientes cuando, llenos de alegría, dicen que este es su hogar”, expresa.
“Siempre seguiremos nuestro arduo trabajo con la ayuda de Dios hacia nuestro norte que es el bienestar de los necesitados y seguir siendo la mano amiga de los desvalidos apoyados siempre en la Palabra de Dios cuando dice: Hay más felicidad en dar que en recibir, Hechos 20:35”, añade.
Nuevos proyectos
Morán expresa que  lo más agradable para ella es compartir con los envejecientes. “Hay dos etapas de la vida que necesitan atención primaria: la niñez y la vejez, por ello estoy enamorada de este proyecto”.
Dentro de los nuevos programas que tiene la Junta de Desarrollo, Morán dice que está “la dinámica del abuelo”. Esta actividad trata de unir a los niños que reciben clases con los envejecientes. Cada grupo de niños adoptará un abuelo y compatirá con él como una verdadera familia. “La idea es que los mayores les cuenten a los niños cómo fue su vida en la juventud y les enseñen a valorar a su familia”, agrega.
Otra actividad que tienen es un “día de parque”, donde los envejecientes se divierten jugando como niños.
UNA VIDA DEDICADA A AYUDAR A LOS DEMÁS
Desde pequeña Arelis Morán de Curiel dedica su vida a trabajar por los demás. Trabajó en grupos de la iglesia, formó parte del Club Salome Ureña de la bomba de Cenoví, San Francisco de Macoris. “En la década de los 80 llegué a Santo Domingo, y me relacioné con dirigentes comunitarios de la comunidad de Gualey. Fruto del diario vivir de estos sectores, surge la idea de crear una institución de carácter social y comunitario, cuyo objetivo es elevar la calidad de vida de los munícipes de esta comunidad”, expresa.
Morán se ha capacitado en talleres, seminarios, charlas, conferencias y todo lo relacionado con trabajo sociales y comunitarios.
“En el 1998 realizamos encuentros con organizaciones comunitarias en Providence, Estados Unidos. En el 2000, encuentro tuvimos uno en Puerto Rico con instituciones gubernamentales y centralizadas, en talleres de prevencion de drogas, violencia intrafamiliar, mediación de conflictos. En la actualidad, soy embajadora por la paz por la Federacion Internacional para la paz Mundial”, asegura.
En el 2004, 3 miembros de la fundación fueron reconocidos en Providence, por su labor.

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